Me rindo. 

Soy terca, obstinada. He querido una y otra vez reparar lo dañado, pero es una tortura y desgaste emocional que no terminaría de poner en letras todo lo que eso significa. 

Siento pena por mi, porque retrasé mi proceso. O quizá este es otro proceso distinto, igual duele mucho. Duele más, porque acumulé más recuerdos malos. 

Quiero pensar distinto hoy, quiero cerrar el libro y no volverlo a abrir. Quiero escribir y que cada palabra sea luz y sea inspiración. Quiero que este blog ya no sepa a depresión en ninguna de sus categorías. He llorado demasiado, cuando pensaba ya no derramar ni una gota por este desamor. Por esta relación que me ha consumido tanto tiempo. 

He leído últimamente sobre el trastorno narcisista. Hay tantas cosas que lo identifican y otras cuantas a mi también... dicen que todos tenemos cierto grado de narcisismo... pero en fin, descubrí muy tarde que él tiene demasiados rasgos. Aunque en realidad creo que no hay buenos ni malos, no me gusta encasillar drásticamente a las personas, pienso que él tiene muchas cosas buenas que le agradezco. Nuestro eterno problema ha sido la forma de amar. Las expectativas irracionales sobre el otro. Cuántos errores cometimos, Dios mío. 

Creo que él no tiene ni remota idea de todo lo que paso cada vez que se porta tan indiferente y distante. No lo culpo, al fin soy yo la tonta que se ahoga en llanto e insomnio. Quisiera que tuviera un poco de tacto. He querido tanto que esto funcione, pero tengo que alejarme, tengo que aceptar que ya no se puede. Tengo que dejarlo que siga matando lo que sentía por él.  Tengo que matar yo a esa persona tóxica en la que me convertí, en la peor versión de mi. Saqué lo peor de mi y lo lamento. En eso se convierten las relaciones codependientes. He dejado que juegue conmigo, he dejado que las cosas fluyan como vayan sucediendo, he cedido sobre tantos momentos, sin tomar el control. sin decir BASTA, no más. Lo dije una vez, más no lo apliqué. Y ahí vamos, rotos otra vez al circulo vicioso. 

Me he aferrado hasta sobre pasar mis límites. Duele que hay quienes están ahí, viendo cosas de mi que él nunca ha visto, una admiración hacia mi. Es tan triste que otros me lo digan y él nunca lo dijo, nunca lo vió, no me conoció realmente. Porque cuando estoy con él estoy como apagada, como en automático y aunque había momentos de tranquilidad, siempre está la sensación de que algo no va bien, de que algo no cuadra, de que algo falta. Yo sentía a su lado como si él no estuviera, como si me escondiera su vida. Se lo dije tantas veces, que era un desconocido, que no sabía quién era realmente, pues tantas mentiras, tanto silencio, terminó arruinando más nuestra comunicación. 

Y bueno, podría pasar toda la noche escribiendo las cosas negativas y trágicas que pasé... tanto drama, tanta discusión. Tantas despedidas y regresos inútiles. Ya no debo preocuparme por lo que él hace, si está con alguien o no, me he atormentado demasiado. Ya. 

Quiero ser mejor persona, enfocarme. Debo estar bien para mi hijo, para dedicarme de lleno a él y educarlo que es la tarea más difícil. Dios, por qué me cuesta tanto? seguir adelante, sin ver atrás. Cuando doy un paso, luego siento que retrocedí dos. Entiendo que es un proceso, intento racionalizarlo lo más que puedo. Y luego aparece una ráfaga de pensamientos, sentimientos de culpa, de auto reproches, de autosabotaje. Creo que eso es lo más difícil para mi, bloquear eso. Tengo tanto arraigo en culparme de todo. De que yo permití demasiado, de que no reaccioné a tiempo, de que debí ser diferente con él, de todo lo que no hice y me faltó, de los defectos que tengo y no pude cambiar... 

Anoche, eran las 3am, estuve llorando. Sé que se dió cuenta. Y aunque no quise decirle nada, en el fondo esperaba que me preguntara, o que se pusiera en mi lugar e intentara comprenderme... de que hoy tuviera otra actitud. Nada de eso pasó. La indiferencia de hoy nunca se me debe olvidar, para no retroceder. Su falta de tacto, su falta de interés, sus ojos que no son capaces de ver los míos con amor ni compasión, nunca se me deben olvidar. Sé que no quiero causarle lástima, pero el amor, la compañía, la protección, eso es lo que quería. Es imposible. Me lo merezco? supongo. Quizá yo no vi nada de eso en él, cuando me necesitó no estuve... quizá solo se me devuelve lo que di. No fui servicial, ni detallista... no fui nada al final, me perdí no sé en qué momento. Quizá desde el principio estuve perdida. Soy tan dura conmigo a veces, que ya ni distingo si exagero, maldita distorsión cognitiva. 

Mañana espero despertar mejor. Deseo con toda mi alma estar mejor. 

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