Trance
La pregunta latente, constante y doliente: ¿es real?
En ocasiones me pregunto qué es lo que tuvo que sucederme para tomar esta postura. No quiero ser invadida por la ternura. No quiero escurrir dulzura en mis letras, ni que las palabras que salen de mi boca sean para expresar te quieros banales, fugaces... de esos que sin intención terminan cayendo en la mentira... o en el engañoso y cómodo planeta de la monotonía.
Enfrentarse a uno mismo creo yo, es la peor de las luchas: porque a veces no sabes cuándo ganas o cuándo pierdes.
Paradójicamente, llego a la conclusión de que necesito tiempo para mí... y enfrentar esto de una vez por todas.
¿quién no tiene miedo a enamorarse? tal vez sólo aquellos que no han salido heridos... No quiero tomar el papel de víctima a estas alturas de mi vida; sería infame, demasiado incongruente. Soy lo que soy porque así lo he querido, porque han sido en parte circunstancias y en parte desiciones las que van formando lo que soy, y me gusta que sea así.
Lo que no me gusta es perder mi tiempo; ni dejar ir oportunidades importantes en mi vida; ni perder mi capacidad de asombro. Creo que tal vez son los mayores temores que cargo sobre mis hombros, los que no me dejan caminar.
¿Cómo me desprendo de ellos, cuando lo que más anhelo en este instante es no cometer los mismos errores?
Ahora más que nunca, no me soltaré de tu mano pa... no me sueltes tú a mi.
Comentarios
Alba: coincido contigo; parece que hoy veo más claro. Gracias por visitarme niña.