Ya me lo decía mi madre: tú siempre te quedas con los problemas de los demás.

Hay cada historia en esos chamacos rebeldes... hoy me sentí impotente. A veces las ganas de ayudar no son suficientes. Y qué se hace?
Este día recordé por qué siempre quise estudiar psicología. Tengo un propósito ahora, un compromiso con ellos. Tengo un motivo para saborear esta oportunidad. No lo encontraba. Todo va lento, pero va.
Mientras la propuesta sigue en pausa, mi compromiso debe avanzar. He dicho.

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