En estos momentos, me hace me haría tanto bien escucharte. Que me aconsejaras, que me iluminaras como siempre lo hacías. 
Que me recordaras lo importante que es creer en mí misma y me ayudaras a ver las cosas de otra manera.
A pesar de tu ausencia, estoy tranquila, intento mantenerme firme. Sin temer. Hago de cuenta que estás aquí, a mi lado. Y es milagroso lo que Dios hace, porque respiro paz, en medio de la tormenta. 


Hoy enfrenté las consecuencias de defender mi ética profesional. Es duro.

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