Ay, Chepa!!
Un 10 de Mayo distinto. Sin recorridos por las casas a partir de las 12am, cantando las mañanitas por todo mi rancho. Agh... extrañé ese ritual. Guitarra en mano, subirnos a algún carro de aquella gente loca con la que convivo... cantar, reír, gritar... jaja! Y luego, renegar porque no nos abren algunas mamás. Jaja, el año pasado creo que fue Yolanda, mi vecina... la que no quiso ser mi suegra, jeje!
Y luego, equivocarnos porque nadie sabe cuando es el quisiera ser un san juan o el quisiera ser solecito. jajaja! típico que en las primeras serenatas, nadie se pone de acuerdo. Ya para eso de las 3am, sabemos cuál sigue de cuál... pero lo malo es que la garganta ya no está como al principio de la noche, y los deditos de quienes tocamos la guitarra ya empiezan a sentir los estragos del apachúrrale al RE mayor y al LA7. Pa esas horas ya tan rojitos, rojitos y con la raya de la cuerda pintada en las yemas.
Pero aunque traigamos los dedos adoloridos, la garganta toda atrofiada, cansados, desvelados, con mil tareas y trabajos finales qué hacer...sí que vale la pena.
Vale la pena cuando vemos esos rostros adormecidos (y a veces lagañosos, jaja), pero siempre con una sonrisa que dar. A veces hay lágrimas... agh, qué pero bonito se siente. Luego, un abrazo sincero de nuestra parte... y un Gracias muchachos para despedirnos.
Y ahí vamos otra vez, a seguirle dando a lo que quede de dedos y de voz. Pero insisto, vale la pena. Porque al menos nos queda la satisfacción de haberlas hecho sentir bien, de habérles demostrado que las queremos y hacerles ver lo importante que son para nosotros; y que el cansancio de la voz, los pies, los dedos o lo que sea, no se compara con el cansancio que ellas tienen que padecer, para darnos lo que hoy tenemos.
Para eso de las 4 o 5am, al panteón, para que aquéllos que las han perdido, también tengan derecho de cantarles y recordarlas.
Qué sería de nosotros sin ellas, nuestras mamás.
Ay Chepa, esta vez no te di las mañanitas con toda mi raza. Pero desde aquí te mando un abrazototototote bien fuerte. Te amo mucho. Gracias por darme la vida.. Por estar ahí, siempre, conmigo. Por tus regaños, consejos, gritos, chistes... todo, todo. No sé qué haría sin ti. Tengo muchas ganas de verte, de platicar contigo y contarte de esta experiencia que te aseguro, me ha hecho aprender más de lo que pensé.
Te quiero mami, mi chepa, mi makila, jaja! Y ya, porque ya estoy llorando otra vez (ah, qué raro). Dios te bendiga siempre...
"ay mija, nunca me haces caso, pero ya no te voy a decir nada ehhh?!..........(30seg.).....mija, ándale..." jajajajaja!!!
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